Esta mañana me he levantado pensando como la canción de
Serrat -- Hoy puede ser un gran día-. Dejando a un lado la filosofía me he
centrado en la comida que me tenía preparada mi 
amada patrona y sin lavarme los dientes he dirigido mi serrano cuerpo al
armario del vino , allí voila (que dicen los franceses) o como dicen en mi
pueblo (hostias lo que tengo) he encontrado un vino recomendado por LIVINOS y
regalado por Fernando, este es EDRA 
Syrah-Merlot , lo he sacado para que cogiera una temperatura acorde con
los platos que tenía que regar—patatas con abadejo de primero y una carne roja
pero tierna y suave bautizada con una Moutarde en grains (mostaza en grano
triturada), de segundo. Las lágrimas salían de mi cuerpo cuando el Edra bañaba
mis glándulas salivares, lagrimas que   la cuchara o el tenedor se encargaban de
consolar.
Esto lo podía haber terminado con un buen café y una copita
de 1866 de Larios, pero es tan, buen sabor el que me ha dejado el Edra y las
viandas que he preferido sentarme para que mi cuerpo serrano los asumiera, y
así poder  plasmar, aquí,  los placeres con los que he sido obsequiado en
este día, si los dioses existieran les daría las gracias pero como no existen digo:
gracias Fernando y gracias Lucita.
