Corría el año 1965 cuando mis padres me llevaron al Colegio
Cristo Rey de Zaragoza para estudiar el Bachillerato. Siempre recordaré aquel
momento en que mis padres (seguramente con el corazón roto) me dejaron con un
fraile cuyo nombre no me acuerdo, pero sí recuerdo que era el rector del
colegio y que luego nos daba clases de francés.
Esta vez he sido yo el que ha despedido a mi nieto Samuel en
el aeropuerto de Madrid Barajas, y como aquel día el corazón se me salía por
los ojos, pero esta vez lo entiendo mucho mejor. Cuando nos dijeron que Samuel
quería irse a estudiar a Irlanda, mi reacción fue muy clara, “Me parece muy bien”
y cuando ya estábamos solos lo primero que dije fue “Luci ¿cuánto le damos a
Samuel?”
Estoy convencido que Samuel vendrá hecho mejor persona (si
cabe), más formado como persona, más formado intelectualmente y con nuevas herramientas
para afrontar el resto de su vida, la materia prima ya la lleva puesta desde
casa y estoy convencido de que la macerará y se sacará el máximo provecho
posible… “Abuelo, vendré bilingüe” me dijo.
Esta frase ya la he empezado cinco veces y la he borrado cuatro;
la cabeza me dice escribe esto o lo otro, pero el corazón solo me dice “ Samuel
esta con una buena familia, ¿se adaptara bien a la comida?”, no es amor de
abuelo, que también, Samuel es un regalo que durante unos meses les hacemos a los
irlandeses: es alto ( debajo de los pies tiene dos palmos de buenas raíces que
no se ven, pero se notan),es inteligente,  guapo, fuerte 
y toca la guitarra, para los irlandeses solamente les faltaría que fuera
irlandés, pero no, eso no  o ¿sí?. Samuel
es Pochorro y como buen Pochorro con raíces talaveranas le gustará sentirse del
mundo. 
Bueno lo dejo, solamente desearte que seas muy feliz, que me
llames, que me mandes fotos , que aproveches las lagrimas que nos has
arrancado  y si alguna vez estás triste
respira fuerte 10 veces y piensa que lo bueno está por llegar. Bueno galán un
beso  de la abuela ,si quieres vamos en
octubre  y nos enseñas esas tierras  

