sábado, 20 de febrero de 2021

LIBERTAD DE EXPRESIÓN

 

La tan manoseada libertad de expresión…¿Se tienen que poner límites? ¿Dónde se tendrían que poner?

Para mí la libertad de expresión no debe tener límites, o mejor dicho debe tener los limites naturales, no los artificiales que pueden ser creados por intereses partidistas y particulares; aunque puede haber excepciones, pero estas tienen que estar muy muy definidas, y esas excepciones siempre tienen que ir encaminadas a defender la integridad de cada uno de nosotros.

¿Que entiendo yo por limites naturales? Para mí un límite natural es el comportamiento de cada uno de nosotros con el de enfrente, reconocer sus derechos, respetar su persona tanto física como moral y la propia libertad de expresión del contrario. Apelando a mi libertad de expresión yo no puedo insultar y mucho menos amedrentar al prójimo; eso no quita que todos los actores al servicio de la comunidad tengan que estar a salvo de nuestras críticas y opiniones, sería antinatural que al rey, al juez, al político o al funcionario no se les pudiera criticar y/o enjuiciar, en el ejercicio de sus funciones. Por otro lado también sería antinatural, el consentir que alguien profiriera amenazas o descalificaciones hacia los miembros de una comunidad, o extendiera ideas o hechos contrarias a los derechos naturales de estos.

La prensa no puede apelar a su libertad de expresión para verter denuncias falsas contra nadie, como en muchas ocasiones estamos viendo. El periodismo (sea escrito, radiofónico o Televisión) ataca a la persona cuando sus mensajes no son ciertos o son medias verdades encaminadas no a informar sino a manipular y a desinformar al ciudadano, y cuando esto ocurre es cuando hay que poner límite a su libertad de expresión. Los ciudadanos, dice la constitución, tenemos derecho a la información, pero eso no incluye que un periodista tenga derecho a la manipulación, aunque para evitar esto se le recorte su libertad de expresión.

Igualmente apelando a nuestra libertad de expresión no podemos ni debemos cometer actos vandálicos ya que esto excede de los limites de libertad de expresión al atacar de una manera directa la libertad del contrarío; si quieres ser respetado, respeta; si quieres ser escuchado habla, escribe, canta, pero no le rompas los oídos al escuchante, pues te dejará de escuchar.

El poder establecido pierde su fuerza cuando amparándose en los limites artificiales establecidos por ellos, emplean la fuerza bruta para intentar quitar la libertad de expresión de los ciudadanos.

En cualquier caso, al que critique o menos precie al gobernante de turno, en ningún caso se le tendría que meter en la cárcel, pues el hecho de ser gobernante ya es una situación antinatural y menos cuando a ese personaje se le ha puesto el dedo o por inspiración divina.

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