Llevo un buen rato intentando escribir algo, cualquier cosa,
lo primero que se me ocurra, pero lo cierto es que me está costando. Empecé
intentando escribir un cuento basado en el 
Cerro de la  Mora, después de
cinco o seis líneas las he borrado porque no 
encontraba el hilo con el que poder enganchar a mis nietos cuando lo
leyeran. Luego de decirle a la neurona que cambiara de tema, me he puesto a
pensar en la música, que es otro de mis jovis (hobby)  y tampoco me enganchaba, siempre repetía la
misma canción, 
Que es aquello que reluce 
Debajo del campanario
Son los cojones de un cura
Que está tocando al rosario
Esto con la música y el ritmo de “Malagueña salerosa”,  y no conseguía componer otro verso,  y lo que es peor ni me salían los que otras
veces brotan de mis entrañas por si solas…”¿Qué te pasa?” Me preguntaba. “La imaginación
al poder”, me decía; pero no había manera, por más vueltas que le daba al
tozuelo, éste seguía seco, más seco que el ojo de la tia Irene “la tuerta”, como
le decíamos en el pueblo; esta buena mujer bien pudiera haber sido descendiente
de la Mora, sí, aquella que le dio nombre al cerro; pero bueno, eso hubiera
sido parte del cuento que no conseguía hilvanar. Pero que hago, si estaba
hablando de mi sequía musical… ¿me estaré quedando tonto? 
El WhatsApp no para de sonar, entran mensajes desde: Familia,
Cuadrilla los Viernes, Menos mal a Podemos , desde Catas y Vinos y de Amigos,
pero de esto tampoco quiero escribir; bueno, de Catas y Vinos si: Fernando está
ofreciendo una serie de vinos a un tal Raúl que merece la pena probar. Manolo
Escobar, que parece ser es un poco machista, decía “Viva el vino y las mujeres;
el vino si es bueno me gusta todo, pero las mujeres me gustan las buenas y las
malas: las buenas porque son buenas y las malas porque son malas, que le vamos
hacer”. 
Bueno ya casi lo he logrado, ya que lo único que pretendía
era pasar un rato, olvidarme  de este
puto encierro y es la una menos veinte, 
ahora mientras leo la prensa y 
hago dos largos de pasillo, se hace la hora de comer. Tú que has leído
este rollo, si cantas la canción del Campanario anterior, veras como también
habrá pasado un ratito; espero que haya sido de tu agrado y si no, no te cortes
y cántate otra canción.
Salud y anarquía.
 
A mi también este cerro de la mora me ha mucho intrigado. Quien era, que hacia por ser famosa ?
ResponderEliminarCuenta la leyenda que en Orera vivió una señora de etnia mora, que tenía muchos tesoros. En Orera hay un cerro al que le llamamos el Cerro la Mora. Todos los chicos y chicas hemos ido a jugar allí, y los abuelos nos contaban historias de esa buena mujer
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